Ida, una hembra primate que vivió hace 47 millones de años en Alemania, es un ancestro nuestro, es decir, un antepasado común a monos y seres humanos.
Es considerado como el fósil más completo jamás encontrado. Al ejemplar, encontrado en 1983 cerca de Frankfurt, le falta un 5% del cuerpo (una pequeña parte de una de sus piernas) y tiene todo lo demás completo (el 95% del cuerpo).
Dicen que Ida se parece a un lémur, medía aproximadamente un metro y medio y en vida pesó 650 ó 900 gramos. Podría ser el eslabón perdido, el antepasado de monos y hombres.
Los científicos dicen que por la forma de sus huesos y otras cosas más, se dice que Ida murió joven, de nueve o diez meses. En sus cinco dedos en lugar de garras tenía uñas y así se confirmó que era un primate.
El fósil permite ver en detalle no sólo el esqueleto del animal, sino también los restos de las partes blandas de su cuerpo y hasta el contenido de su estómago.
Siendo herbívora, Ida se alimentó de frutas, semillas y hojas antes de morir.
Su muerte tuvo lugar porque no era capaz de coger sus alimentos con una muñeca rota y al final murió de hambre.
Su importancia radicaría en que se encuentra en un punto de la evolución antes de que se dividan las ramas que condujeron a monos o seres humanos por un lado y lémures y otros primates más alejados del Homo Sapiens por otro.
Su esqueleto es una especie de piedra Rosetta, porque une elementos que antes no habían sido capaces de asociarse.
Chantrelly, 5º A
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