Érase una vez una amapola
que no se abría ni de noche ni de día.
Cuando su dueño se dio cuenta
cogió la planta y la tiró
de cabeza a la basura.
que no se abría ni de noche ni de día.
Cuando su dueño se dio cuenta
cogió la planta y la tiró
de cabeza a la basura.
Eva
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